Si de repente un perro babea mucha saliva pegajosa, puede ser porque ha ingerido algún alimento muy irritante. El dueño puede darle al perro un poco de agua para que se enjuague la boca y ver si mejora. En segundo lugar, si el perro babea y se acompaña de síntomas como convulsiones, caída al suelo, vómitos, dificultad para respirar, etc., entonces hay que considerar que se debe a una intoxicación. En este momento, el dueño debe llevar al perro al hospital de mascotas para rescatarlo a tiempo. . Además, si el perro padece alguna enfermedad bucal, también puede babear mucho. Se recomienda que el dueño controle cuidadosamente el estado bucal del perro. Si se encuentra alguna anomalía, se requiere tratamiento médico oportuno.
1. Comer alimentos irritantes
Si el perro ingiere accidentalmente algún alimento irritante, como ñame, taro, etc., le provocará una parálisis temporal de la boca y provocará una gran cantidad de saliva pegajosa. . El dueño puede prestar atención a la observación, y si no hay otras anomalías en el perro, puede proporcionarle suficiente agua potable y dejar de alimentarlo con este tipo de alimento. Pero si descubre que su perro tiene otras anomalías, debe considerar si es alérgico y debe ir al hospital de mascotas de inmediato para recibir inyecciones de desensibilización o medicamentos que inhiban la secreción de las glándulas.
2. Intoxicación
Si el perro babea y se acompaña de síntomas como convulsiones, caídas al suelo, vómitos y dificultad para respirar, es probable que se trate de una intoxicación. En casos graves, puede incluso provocar un shock o la muerte. Por lo tanto, cuando un perro muestra síntomas de intoxicación, es necesario enviarlo inmediatamente al hospital de mascotas más cercano para su rescate. Cosas venenosasTambién es necesario guardarlo en la vida diaria para evitar que el perro quede expuesto a venenos.
3. Padecer enfermedades bucales
Cuando los perros padecen estomatitis, gingivitis, cálculos dentales y otras enfermedades bucales, babearán involuntariamente, y además se acompañarán de síntomas como mal aliento, encías rojas e hinchadas, pérdida de apetito. e incluso parálisis. En este sentido, el dueño puede abrir la boca del perro para comprobarlo. Si hay un problema con la boca del perro, debe acudir al hospital de mascotas para que lo examinen a tiempo para determinar la causa específica y luego brindarle un tratamiento sintomático.